De la devoción mariana de su infancia, el joven Karol Wojtyla pasa a una verdadera luz sobre el papel de María en el misterio de la salvación, gracias a la lectura del Tratado de la verdadera devoción a la Santísima Virgen María que le conduce a entregarse a Cristo, a través de las manos de María. «Gracias a San Luis Grignion de Montfort, comprendí que la verdadera devoción a la Madre de Dios es en realidad cristocéntrica, profundamente arraigada en el misterio trinitario... Esta forma de piedad no ha cesado de madurar en mí y de dar sus frutos».
Cuando pasó a ser el Papa Juan Pablo II, le encantó rezar siempre el rosario; frecuentar los santuarios marianos de Polonia y del mundo entero
La Virgen María, tan fuertemente presente en su vida personal, estará también en la predicación de Juan Pablo II, en nombre de su misión "confirma a sus hermanos" (Lc 22, 32), invita a los cristianos a redescubrir «la verdad objetiva sobre la Madre de Dios" en vuestra vida personal y en la vida de la Iglesia: "Me gustaría resumirles en dos palabras la sublime lección del Evangelio de María: la Virgen es Madre, la Virgen es Modelo.»
Monseñor Guy de Kerimel, obispo de Grenoble-Vienne (Francia)
En: Jean-Paul II et Marie, 23 marzo 2011