María fue preservada, y el Evangelio da fe de ello. En él ella no aparece nunca ni parlanchina di presuntuosa.
En el texto completo de los cuatro Evangelios, si la memoria no me falla, no se menciona más de cuatro veces la palabra de María. La primera vez esa se dirige al angel pero solo después que él le hablara dos veces. Enseguida, es en casa de Isabel, cuando su voz hace estremecerse a Juan el Bautista en el vientre de su madre y que elogiada por su prima, ella misma se da prisa en alabar al Señor. La tercera vez, ella le habla a su Hijo de doce anos, y se queja de que ella y su padre e preocupados debieron buscarlo.
La última vez, fue en las bodas de Caná, cuando ella se dirige a su Hijo y a los que servían el vino, y durante esas siete veces sus palabras tienen la marca autentica de su bondad natural y de su recato virginal. Haciendo suyo la dificultad del otro, no se puede abstener y decide advertir a su Hijo que el vino falta; cuando Él la reprende, la mansedumbre y la humildad le impiden responderle y sin embargo, sin desconcierto ella compromete a los sirvientes a hacer lo que su Hijo les dirá.
San Bernardo de Claraval. Sermón en la Octava de la Asunción. § 10