El rey San Esteban de Hungría quiso ser coronado el día de la Asunción en el año 1001, quiso que la imagen de María fuese bordada en la capa real y que en las cercanías del palacio fuese edificada una espléndida iglesia dedicada a María.
El día de la Asunción de 1038, el rey renovó el acto de consagración a la Virgen ofreciéndole su corona y pidiéndole protegiera a la joven Iglesia de su país.
San Gerardo de Scanad (†1046), un benedictino, invitó a los húngaros a llamar a la Virgen “Magna Domina” “Gran Dama de los Húngaros” y a rendirle todo el honor que el pueblo había reservado a la diosa pagana de la fertilidad “Boldog Asszony.
El Ángelus del alba, de las doce y de la noche fue introducido en Hungría después de la victoria sobre los turcos en Belgrado en 1456. Mas tarde, en 1541, Budapest fue ocupada por los otomanos (turcos musulmanes), y liberada en 1686.
Después de esta liberación en 1693, el emperador húngaro Leopoldo I renovó el acto nacional confiando su país a María.