Juliette Duvivier en el número 1655 de Familia cristiana (revista católica francesa) cuenta esta historia en el día de la fiesta de María, Refugio de los pecadores:
"San Pedro está bien molesto. Ya van varias veces que las almas entran en el Paraíso sin ser presentadas ante él. Tiene que haber una falla en el sistema de seguridad o han beneficiado de complicidades internas.
Hay que aclarar esto. Ayudado por el arcángel Miguel, encargado de la seguridad, decidió hacer una inspección importante de las murallas del Reino. A la sombra de una torre, de repente descubren una escena inusual: María, sentada en la parte superior de la muralla, parece estar pescando sardinas.
Al final de su caña de pescar, un rosario. Pescador de fe, san Pedro nunca ha visto tal cebo. María, atrás en silencio, saca las almas que se adhieren y las pasa a su Hijo, que sentado a su lado las deposita en el Paraíso… ¡Una repetición de la pesca milagrosa!
Y ahora, recemos algunos Alégrates por los pecadores que nos rodean y que conocemos.
Juliette Duvivier en el n° 1655 de Famille chrétienne (Revista Familia Cristiana, en Francés)