Viví un evento notable, en relación con la Virgen María, en 1980 justo después de mi ordenación episcopal en la diócesis de Itapeva (Brasil). Vi también cuánto y de qué manera María estaba presente en mi misión de pastor de la Iglesia.
Fui consagrado obispo el 31 de mayo de 1980. Al día siguiente una procesión de automóviles me acompañaba para mi instalación en el obispado. La población nos veía pasar. Súbitamente una niñita atravesó la calle y fue atropellada por un coche. La transportamos al hospital de Itapeva. ¡Estábamos en estado de choc! Me dirigí entonces a Nuestra Señora: “Oh Madre mía, no dejes que el comienzo de mi vida de obispo sea obscurecido por este accidente”.
Al día siguiente, mi primera vista fue al hospital. El doctor me dijo: “Puede estar en paz la niña está fuera de peligro”. Agradecí a Nuestra Señora pues sentí fuertemente su presencia en ese momento tan significativo de mi vida episcopal.
Veinticinco años después, fui invitado a celebrar una misa a Itapeva, ya no era yo el obispo, una pareja con dos niños se dirigió a mí; la mujer se presentó: “Yo soy la niña que fue atropellada por un automóvil, el día de su instalación”.
Monseñor Fernando Legal
Obispo emérito de São Miguel Paulista (Brasil)
Entrevista exclusiva para Un Minuto con María
Entrevista de Thácio Siqueira