Amados hermanos y hermanas, María fue preparada para acoger al Verbo de Dios. María se preparó para acoger al Verbo de Dios. Es lo mismo para nosotros.
En el momento de nuestra creación, cada uno de nosotros fue preparado para acoger al Señor Jesús por la gracia de nuestra fuerza de amar, que proviene de Dios. En el momento de nuestro renacimiento, por esta gracia magnifica de nuestro bautismo, nos hemos convertido en los amados hijos del Padre.
Desde este momento y cada día de nuestra vida, es necesario que nos preparemos siguiendo a María, caminando como ella, caminando con ella. Una madre de familia nos enseña siempre la realidad concreta de la vida, así que, hagámosle, como María, un lugar en nuestro corazón y en nuestro hogar para acoger ¡al que viene!