18 de octubre - Iglesia de Etiopía. Festividad de N. S. del Jardín de Mirra

El Hermano Teodoro frente al enemigo

En 1812, el Hermano Teodoro, monje de Sept-Fons, hace parte del ejército de Napoleón. El ejército francés amenazado por la estrategia de la tierra quemada de los rusos, se bate en retirada. Un día, la columna de la que hace parte el Hermano Teodoro, agotada por el hambre y el cansancio, se encuentra frente al enemigo. ¿Qué hacer? ¿Regresarse? !Imposible! ¿Atacar ? Ni pensarlo. De pronto ; un oficial avanza sable en mano, gritando : « ¡Que los valientes avancen !» No hay uno solo. O más bien, sólo hay un hombre, el Hermano Teodoro. «Si usted quiere yo voy solo», dice, y se arrodilla sobre la nieve para rezar una decena del rosario frente a sus compañeros. En seguida, toma su fusil y al trote se dirige hacia el enemigo con la entereza de un jefe seguido por un ejército de un millón de hombres. Al verlo, los rusos creen que se trata de una trampa tendiente a ocuparlos mediante un hombre mientras los otros los encerrarían en emboscada. De inmediato, salen en desbandada con todos sus trastos... Con una sencillez admirable, nuestro héroe exclama: "Veis cómo una decena del rosario ha bastado para sacarnos de apuro». Y el oficial, ahí mismo, le coloca su propia decoración en el pecho al hermano Teodoro, monje de Sept-Fons.

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