A mediados de la década del 50, Polonia iba muy mal. El régimen comunista había instaurado una severa represión contra la fe, los seminarios estaban vacíos y el Cardenal Wyszynski, heraldo de la fe se encontraba en la prisión. Ahí tuvo una iluminación decisiva: a pesar de todo había que preparar el milenio de Polonia, con nueve años de oración a María. Bajo su inspiración la imagen de N. S. de Chestokova será enviada como peregrina en todas las parroquias y familias de Polonia, para despertar la fe del Pueblo de Dios. La Virgen peregrina de Polonia hizo maravillas y 9 años más tarde todo se reúne en el acta de entrega total a la Madre de Dios que el Primado de Polonia pronuncia en Jasna Gora el 3 de mayo de 1966, con la fiesta de María Reina de Polonia, para la celebración del Milenio. Juan Pablo II recuerda todo esto durante su primer viaje a Polonia: «De manera particular deseo confirmar y renovar el acta de consagración pronunciada en Jasna Gora el 3 de mayo de 1966 con motivo del milenio de Polonia. Con esa acta los obispos polacos al entregarse a ti, Madre de Dios, en tu "maternal entrega de amor" querían servir a la causa por la libertad de la Iglesia» (Juan Pablo II, homilía en Jasna Gora el 4 de junio de 1979) En 1966, el régimen comprendió que la fe en Polonia era invencible y los seminarios se llenaban..