Une Minute avec Marie
Faire connaître et aimer Marie
En un momento de gran pena, no sabiendo dónde refugiarme y temiendo ser engañado por el diablo, me acordé de su corazón de madre del Perpetuo Socorro, me puse entre sus manos, como su hijo y propiedad, suplicándole que me cargara, como te cargaba a ti cuando eras niño, y que hiciera de mí, lo que Ella, por la mayor gloria de su Hijo, ella que lee en su corazón, lo que quisiera. Desde entonces, me considero vuestro, Oh, Madre del Perpetuo Socorro.