Une Minute avec Marie
Faire connaître et aimer Marie
Desde el primer instante de mi vida, me tomaste en tus brazos. Desde ese día, Madre querida, me proteges de este mundo. Para preservar mi inocencia, me pusiste en un nido y guardaste mi infancia a la sombra de un claustro bendito. Más tarde, en mi juventud, Yo escuché el llamado de Jesús. En tu inefable ternura me mostraste el Carmelo. « Ven, hija, sé generosa, me decías con dulzura. « Cerca de mí, serás feliz. Ven a inmolarte por tu Salvador»