7 de abril

La compasión de la santa Virgen (III)

El Padre y el Hijo comparten en la eternidad una misma gloria, la Madre y el Hijo comparten a través del tiempo los mismos sufrimientos. El Padre y el Hijo fuente del mismo placer, la Madre y el Hijo un mismo torrente de amargura, el Padre y el Hijo el mismo trono, la Madre y el Hijo la misma cruz. Si le traspasan el cráneo con una corona de espinas, María es atravesada por todas las puntas, si le ofrecen hiel y vinagre, María bebe la amargura, si clavan su cuerpo a una cruz, María vive todo el sufrimiento. ¿Qué hace posible todo esto, si no es su amor?

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