Une Minute avec Marie
Faire connaître et aimer Marie
Nunca pensé, hijo mí, verte en tal estado Jamás lo hubiera creído, Aun cuando veía que esos impíos furiosos Tendían sus manos pérfidas hacia ti. Aún hoy sus hijos tienen en la boca El grito de « ¡Hosanna. Alabado seas! » Las palmas del camino cuentan todavía El arrebato con que esos locos te aclamaban ¿Por qué entonces ese viraje? ¡Yo tengo que saberlo! Cómo es posible que crucifiquen Así a mi Hijo y mi Dios.