Un manuscrito del siglo XV registra el texto de la "balada de Walsingham" y explica cómo en 1061 María le correspondió a Lady Richedis, una noble viuda que deseaba venerarla. La Virgen la condujo por tres veces "en espíritu" a Nazaret para mostrarle el sitio donde el arcángel Gabriel la había saludado, luego la hizo tomar las medidas de la casa para que ella pudiera reproducirlas en Walsingham, y que ahí el pueblo celebrara la Anunciación, principio de la Redención de la humanidad. Cuenta la leyenda que ella emprendió la construcción de la capilla pero que las dimensiones de la casa no le parecían claras, ni a ella ni a los constructores. Lady Richedis pasó la noche en oración mientras tanto la Virgen procuró que los ángeles terminaran la construcción en el sitio deseado, aproximadamente a unos 200 pies del lugar donde los obreros habían comenzado. A lo largo de los años, se le atribuyeron varios milagros a Nuestra Señora de Walsingham, incluido el que salvó al rey Edouard I de la caída de una pared. En el siglo XIV, la Casa milagrosa de Norfolk, sin embargo, fue suplantada por la santa Casa de Loreto, en Italia, cerca de Ancona, pero Walsingham sigue siendo uno de los lugares de oración más importantes de Inglaterra, que sigue llamándose: "Our Lady's Dowry", la herencia de Nuestra Señora.