El sábado 9 de septiembre de 1876, Estela recibió la novena visita de la Virgen que se le apareció al final del rosario. No cabe duda de que la pobre Estela no se sentiría orgullosa al oír que la Virgen le hacía algunos reproches: "Te privaste de Mi visita el 15 de Agosto, no tenías suficiente serenidad." Tienes el carácter francés. Quieres saberlo todo antes de aprender, y comprenderlo todo antes de saber. Yo esperaba de ti un acto de sumisión y obediencia. "(...) Al decir esto, la Virgen se quitó la pequeña pieza de lana que llevaba sobre el pecho. Estela siempre se la había visto sin saber lo que era, hasta entonces, la creía blanca. Ahora, percibió un corazón rojo. Estela pensó que era un escapulario del sagrado Corazón. La Virgen le dice: "yo deseo esta devoción". Y continúa: " Aquí seré honrada."