En 1971 se celebró el centenario de la llegada del primer sacerdote católico a Fianarantsoa. El actual Arzobispo Monseñor Ramanantoanina declaró ese año del centenario bajo el signo de la santificación de la familia tomándola como modelo. En una entrevista acordada al periódico católico «Luz», el arzobispo recuerda los acontecimientos sobresalientes de los primeros años de vida cristiana en la circunscripción eclesiástica... Evoca la personalidad del Padre Fina que en 1885 dijo la primeras miso en Tananarive, donde vivió clandestinamente durante la persecución. Luego, comienza la evangelización de Fianarantsoa. El Padre Finaz llegó aquí el 5 de octubre de 1871 y consiguió vencer la hostilidad de los protestantes y alquilar una modesta casita en la que instala un oratorio, cuyo hotel tiene en el centro una estatua de la Santa Virgen. Desde la primera reunión el domingo 09 de octubre, enseña a los niños los cantos y el rosario. Esta fue la primera actividad confiada a María Inmaculada que le permitió, a pesar de las dificultades en apariencia insuperables obtener de la Reina y del Primer Ministro la concesión de dos terrenos necesarios para el establecimiento de la Misión: el primero fue concedido el 08 de diciembre de 1871 y el segundo el mismo día del año siguiente. En 1867, una colección de cantos había sido compuesta por otro misionero, el Padre Castets. Los cantos comenzaban con estas palabras: «Oh María, Madre sin mancha, nosotros, el pueblo malgache, os escogemos como nuestra Patrona y nuestra fuerza.» Este compromiso sigue siendo válido y los malgaches continúan rezándolo con fidelidad a María en las numerosas grutas de Nuestra Señora de Lourdes construidas en el país.