Seis días más tarde, el 03 de noviembre hacia las 02 horas de la mañana; el Hermano estando en oración en su celda es interrumpido por el llanto de un niño. Sorprendido y atemorizado se ve frente a la Virgen María con un niño que lloraba en sus brazos. "No temas, le dice, yo soy la Madre de Dios y el niño que ves es el primogénito que Dios le dará a Francia". Dos horas después, María se deja ver, ahora sola y dice: "No dudéis de lo que declaraste a vuestro confesor. Para probar que deseo informen a la reina sobre las tres novenas en mi honor, he aquí la imagen de Nuestra Señora de las Gracias de la Provenza. El Hermano Fiacre vio con precisión el cuadro y el lugar donde se encontraba el coro. Inmediatamente, se lo comunicó a sus superiores, quienes igual que él nunca habían estado en el lugar, consultaron, entonces, a unos amigos que habían hecho la peregrinación y se dieron cuenta que correspondía exactamente a la descripción hecha por el Hermano. El 05 de noviembre, se redactó un informe sobre lo visto, dirigido al Cardenal de la Rochefoucauld, y toda la comunidad de los agustinos la firmó. Lo de las tres novenas se convirtió en un asunto de Estado.