Tesoro de Rusia, el icono milagroso de la Madre de Dios de Vladimir es el más conocido en Occidente. Es uno de los iconos del tipo Eleusa (de Ternura o de Misericordia) más antiguo. Se distingue por el brazo del Niño alrededor del cuello maternal. El rostro de la Virgen que nos mira está lleno de ternura y comprensión humanas, y también de una profunda tristeza. Este icono de la Virgen de Vladimir, pintado por San Lucas según la tradición, entró en Rusia en 1131 cuando era llevado de Constantinopla a Kiev. En 1155, el príncipe Andrés Bogoliobski partió hacia el Norte para fundar una nueva capital. Cautivado por el esplendor del icono de Kiev, se lo lleva consigo y a partir de entonces el icono comienza a realizar milagros y atrae miles de fieles. En 1395, debido a las invasiones de los Tártaros el icono fue llevado a Moscú y en tres ocasiones fue salvado, Moscú se salvó de la invasión proveniente del Este gracias a una intervención milagrosa vinculada al icono. La liturgia ortodoxa conmemora estos hechos celebrando la belleza del icono de Vladimir.