Verónica escucha a la Santa Virgen decirle: «Y ahora, vete a la cabaña, si no te vas a mojar. Recuerda lo que te dije, y dile a tu madre que se lo repita a cuantos encuentre y que yo me llamo María Dolorosa.» Verónica vuelve a la cabaña y constata que sus vestidos están completamente secos, a pesar de la fuerte lluvia, y le repite a su madre el mensaje de la señora. Las dos van donde el párroco de San Nicolás de Bari, en Sorano. Días después, mientras reza las oraciones solicitadas por la Virgen, Verónica escucha una voz: « Verónica ve con tu madre donde el obispo y dile que construya una capilla.- ¡Pero él no me creerá nunca! - Ve y verás que sí te creerá. » Verónica y su madre fueron acogidas por Monseñor Barsellotti, obispo de Pitigliano, que consideró el relato de la niña digno de interés. El 20 de julio de 1853, informó a Pío IX. El 13 de agosto siguiente, el papa le pide que inicie una encuesta y haga construir una capilla si las conclusiones son positivas. Monseñor Barzellotti cae enfermo y muere en 1861. Es el obispo de la diócesis de Acquapendente (?1877) quien llevará a cabo la encuesta. Verónica hace luego sus votos de terciaria franciscana. Muchas curaciones se dieron, entre ellas las de la madre de Verónica que tenía un tumor en el vientre. El de 8 septiembre de 1864, se abre a los fieles una iglesia en el lugar de la aparición, que luego llega a ser la iglesia parroquial. Las circunstancias retardan el juicio de las autoridades eclesiásticas. Será sólo el 25 de marzo de 1978 que Monseñor de Ascenzi, obispo de Sovana-Pitigliano, publica el decreto que eleva el santuario de Cerreto al rango de santuario diocesiano.