Jesús le cuenta a María lo que había hecho en los infiernos, cómo había encadenado a Satanás, y la presenta ante los patriarcas que habían venido con Él. Todos la saludaron con profundo respeto. Os dejo pensar lo que sentirían Adán y Eva cuando le dijeron a María: «Bendita seas nuestra hija y nuestra Señora, Tú a quien se refería el Señor cuando dijo: "y pondré discordia entre tú y la mujer". Y Eva agregó: "Con mi falta yo cerré las puertas del paraíso, pero Tú, llena de gracias, las has vuelto a abrir." Y los profetas a su vez decían: "Yo profeticé sobre ti en tal o cual libro", luego todos la saludaron: "Tú eres la gloria de Jerusalén, la alegría de Israel y la honra de nuestro pueblo.» Y la Virgen les dio las gracias: «vosotros sois una generación elegida, un sacerdocio real, una nación santa, el pueblo que Dios se procuró para anunciar las alabanzas de quien os ha traído de las tinieblas a su Luz admirable.» Y los ángeles de nuevo cantaron: " Regocíjate, oh Reina del Cielo!"