La Virgen se levantó y dijo: "Estos testimonios sobre la hora en que mi hijo debe resucitar me bastan..." se asomó a la ventana y vio que ya comenzaba a amanecer. Su alegría fue muy grande: "Mi hijo hoy va a resucitar", se dijo. Entonces, se arrodilló y comenzó a orar: "Despiértate, ven ante mí, Señor Dios Sabaot, despiértate." Enseguida Jesús llamó al ángel Gabriel y le dijo: "Tú que le anunciaste a mi Madre la encarnación del Verbo, ve y anúnciale su resurrección". Y el ángel voló hacia la Virgen: "Reina del cielo, regocíjate, pues a quien tuviste el mérito de llevar en tu seno, tal como lo había dicho, hoy ha resucitado." Jesús saluda a su Madre: "La paz sea contigo" Y María responde: "Hijo, yo guardaba el día sábado para honrar el santo reposo después de la creación del mundo; a partir de hoy, guardaré el domingo en memoria de tu resurrección, de tu reposo y tu gloria." Y Jesús aprobó.