No debe sorprenderte que José se haya juzgado indigno de convivir con la Virgen, si comprendes que Isabel, tampoco pudo soportar su presencia sino con gran temor y respeto. « ¿De dónde a mí que venga a verme la madre de mi Señor? (Lc 1,43). De ahí que José haya querido repudiarla. ¿Pero por qué en secreto y no públicamente? Para evitar toda indagación sobre el motivo de su separación. ¿Si él hubiese expresado su sentimiento, la gente no hubiese lapidado a María? ¿Cómo hubiese creido en la Verdad aún muda en su seno maternal? Por eso, este hombre justo, para no verse reducido a la mentira o exponer a la censura y a la reprobación a un inocente, quería en secreto repudiar a María.