¡Oh María, Madre de todos los hombres! Bendícenos, para que en nuestros hogares sea siempre alabado el nombre de Dios. Bendícenos, para que nunca nos falte el pan, el trabajo y el amor. Concédenos cada mañana tu paz y tu alegría, tu serenidad y tu plenitud, Para caminar con entusiasmo contigo por la senda de la vida. Haz que seamos fuertes en el dolor y claros en las decisiones a tomar. Llénanos de fe, de esperanza y caridad, para sentirnos hermanos, Para fortalecer a los débiles, confortar a los fatigados, Compartir nuestras satisfacciones y alentar a quienes se sientan solos. ¡Oh María, ruega a Dios por nosotros! Amén.