A partir del 6 de julio de 1973, la Hermana Inés Sasagawa recibe en Akita (Japón) mensajes del Cielo pidiendo reparación por los pecados de los hombres: "El mundo actual hiere el Corazón de Nuestro Señor con sus ingratitudes y sus injurias. Las heridas de María son mucho más profundas y más dolorosas que la tuya ". "Ruega mucho por el Papa, los Obispos y los sacerdotes" - "Muchos hombres en este mundo ofenden al Señor." Necesito almas para consolarLe..." - "Si los hombres no se arrepienten y no se mejoran, un castigo terrible caerá sobre la humanidad entera". Más tarde entre el 4 de enero de 1975 y el 15 de septiembre de 1981, la estatua de la Virgen, que estaba en el Convento, se puso a llorar varias veces. El fenómeno se reprodujo 101 veces, en presencia de numerosos testigos. Monseñor Ito, obispo de Nigata, ve en esta señal una muestra de autenticidad de las apariciones; las cuales reconoce oficialmente el 22 de abril de 1984.