La Virgen María le había pedido a Lucía en Fátima que diera conocer al mundo la devoción de los 5 primeros sábados del mes que consiste en recibir la santa Comunión, rezar el Rosario y meditar durante 15 minutos sus Misterios y confesarse dentro del plazo de 8 días, hacerlo durante 5 meses consecutivos, y ofrecer todo como acto de reparación al Corazón de María. Nuestra Madre le promete a quienes practiquen esta devoción su asistencia durante la muerte con todas las gracias necesarias para la salvación del alma. El 15 de febrero, volviendo del jardín adonde había a tirar la basura, Sor Lucía ve al Niño Jesús quien le pregunta: « ¿Has revelado al mundo lo que la Madre del Cielo te ha pedido? » Lucía reconoce que no, entonces Él le dice: «Es cierto que muchas almas me reciben ya cada primer sábado en honor de Nuestra Señora y de los 15 misterios del Rosario, pero tristemente pocas llegan hasta el final, y aquellas que perseveran lo hacen para recibir las gracias que les han sido prometidas. Las almas que hacen los primeros 5 sábados con fervor y con el deseo de hacer reparación al Corazón de tu Madre del Cielo, me agradan mucho más que aquellas que hacen los 15 en la indiferencia.»