Dos años más tarde, el 12 de febrero de 1972, tendrá lugar una segunda aparición en circunstancias trágicas : « La temperatura exterior era de 20°C., el hielo había cubierto los muros de la celda que estaba abierta al viento. El prisionero estaba condenado a morir de frío. Sin sus vestidos de invierno de los que había sido privado; progresivamente se paralizaría. Súbitamente, le pareció que un calor se extendía por toda la habitación. "Entonces, sentí el contacto de una mano femenina." Josyp abrió los ojos y vio a la Virgen.» María le dice: « Tú me llamaste, por eso he venido. Me llamaste en tus oraciones diarias y yo he venido hacia ti." Josyp sintió, de pronto, que todo el cuerpo se le calentaba. "No saldrás de esta prisión todavía, hasta hoy sólo has hecho la mitad del camino, pero no te preocupes, pues yo estaré a tu lado. Te quedan aún muchos años de prisión y de sufrimiento." María continuó: "Ucrania deberá arrepentirse. Sois un pueblo desafortunado porque no os amáis unos a otros. Todas vuestras mejores fuerzas las empleáis con fines impíos. Reza y trabaja por la conversión de Rusia a Cristo Rey. No pierdas la fe. El mundo está tan frío y sin alma como antes del diluvio".» (Yves Chiron, op. cit., p. 281 y s.). Tal como María se lo había dicho, Josyp Terelya fue liberado en 1976, hecho prisionero nuevamente un año más tarde y definitivamente liberado el 5 de febrero de 1987. Evidentemente para la KGB, se trataba de un caso típico de superstición religiosa. Finalmente la perestroika de Gorbachef le permitió, a él como a otros creyentes, acceder a una vida social normal, lo cual le permitió rezar por la conversión de Rusia, tal como se presenta ahora, a principios del siglo XXI.