Une Minute avec Marie
Faire connaître et aimer Marie
María avanzaba cargándolo en sus brazos: preguntándose cómo siendo madre seguía siendo virgen, sabiendo su parto por encima de la naturaleza temblaba asustada, y se decía a sí misma. ¡Qué nombre darte mi Hijo! Hombre, pero si tú estás por encima de los hombres. Tú que preservas mi virginidad. ¿Te llamaré hombre perfecto? Pero yo conozco tu concepción divina. Y si te llamo Dios siento estupor viéndote semejante a mí. Tú tienes todo lo que tienen los hombres. ¿Debo amamantarte o cantarte un himno?