Naturalmente, como sucede a menudo en estos casos, se dieron ciertas coincidencias, que bajo la fe no pueden ser vistas como producto del azar. Por ejemplo, durante el invierno 1877-78 se constata que no hubo flores a finales de diciembre. Las primeras aparecieron apenas el 20 de febrero. Al día siguiente se supo la noticia en Bra, que a la misma hora había sido elegido el sucesor de Pío IX, Vicente Joaquín Pecci quien tomó el nombre de León XIII. Pero más extraños resultan los vínculos con el Santo Sudario, guardado en la misma diócesis, en la catedral de Turín. El florecimiento que dura unos diez días, se prolonga por más de tres meses durante el invierno de 1898-99 y coincide con el momento solemne en que el Sudario es fotografiado por primera vez. El 23 de noviembre de 1973, por decisión de Pablo VI, el Santo Sudario fue televisado por primera vez. Ese año con mucha anticipación en relación a lo habitual, los rosales del santuario ya estaban florecidos y las flores duraron hasta la primavera siguiente. Otros fenómenos, fuera de lo común, se dieron durante la presentación del Sudario en 1978 cuando en medio de los tres millones de peregrinos se encontraba el arzobispo de Cracovia, que sería luego Papa, bajo el nombre de Juan Pablo II.