Hace 160 años, se dio a conocer públicamente una obra destinada a convertirse en un clásico de la espiritualidad mariana. San Luis-María Grignion de Monfort compuso el Tratado de la Verdadera Devoción a la Santa Virgen, a principios de 1700, pero el manuscrito permaneció prácticamente desconocido durante más de un siglo. Cuando, finalmente, casi por casualidad, fue descubierto en 1842, y publicado en 1843, tuvo un éxito inmediato, y resulta ser una obra de una extraordinaria capacidad para propagar "la verdadera devoción" a la Santa Virgen. En mi juventud, a mí me sirvió de mucha ayuda la lectura de este libro, en él "yo encontré la respuesta a mis interrogantes" debidas al miedo que el culto de María, "desarrollado excesivamente termine por comprometer la supremacía del culto debido a Cristo" («Mi vocación don y misterio", p. 42). Bajo la sabia conducción de san Luis-María, comprendí que si se vive el misterio de María en Cristo, ese riesgo no existe. El pensamiento mariológico del santo, en efecto "se arraiga en el Misterio Trinitario y en la verdad de la Encarnación del Verbo de Dios» (Ibid).