Era el otoño de 1916, los pastorcitos de Fátima apacentaban su rebaño. Después de la comida se pusieron a rezar precisamente en el lugar donde el Ángel se les había aparecido la primera vez. Estaban rezando la oración que él mismo les había enseñado, arrodillados con la frente sobre la tierra, cuando vieron aparecer una luz. Alzaron la vista y vieron por tercera vez frente a ellos al Ángel teniendo en sus manos un Cáliz, sobre el cual estaba suspendida una Hostia, de la cual caían gotas de sangre al Cáliz. Dejando el Cáliz y la Hostia suspensos en el aire, se postró en tierra y repitió tres veces esta oración: "Santísima Trinidad, Padre, Hijo y Espíritu Santo, te adoro profundamente y te ofrezco el Preciosísimo Cuerpo, Sangre, Alma y Divinidad de Nuestro Señor Jesucristo, presente en todos los Sagrarios del mundo, en reparación por los ultrajes, sacrilegios e indiferencias con que El mismo es ofendido. Y por los méritos infinitos de su Sagrado Corazón y del Corazón Inmaculado de María te pido la conversión de los pobres pecadores". Después levantándose tomó de nuevo en la mano el Cáliz y la Hostia. Me dio la Hostia a mi y el contenido del Cáliz lo dio a beber a Jacinta y Francisco, diciendo al mismo tiempo: -"Tomad el Cuerpo y bebed la Sangre de Jesucristo, horriblemente ultrajado por los hombres ingratos. Reparad sus crímenes y consolad a vuestro Dios."De nuevo se postró en tierra y repitió con nosotros hasta por tres veces la misma oración: Santísima Trinidad....y desapareció. Pero los 3 pastorcitos guardaron silencio absoluto en torno a las Apariciones del Ángel. ¿Por qué? Sor Lucía lo dirá más tarde: "debido a la penosa experiencia de después de las Apariciones de 1915".