¿Virgen purísima, Madre de Dios, dinos cómo, cuando vivías en la tierra, amabais a vuestro Hijo y Dios? ¿Cómo se regocijaba vuestra alma frente a la mirada de vuestro Dios y Salvador? ¿Cómo mirabais su rostro sublime pensando que él era ese a Quien todas las fuerzas celestiales sirven con temor y amor? Dinos, que sentía vuestra alma cuando tenías en brazos al divino Niño. ¿Cómo lo educaste? ¿Cuáles fueron los dolores de vuestra alma cuando con José lo buscasteis durante tres días? ¿Cuáles fueron vuestros sufrimientos cuando el Señor es crucificado y muere en la Cruz? Dinos cuál fue vuestra alegría en el momento de la Resurrección del Señor, y cómo os faltaba después de su Ascensión. Nuestras almas desean conocer vuestra vida en la Tierra con el Señor, pero vuestra alma ha guardado en silencio su secreto….