Une Minute avec Marie
Faire connaître et aimer Marie
Alan de la Roche describe así la aparición que lo envió a predicar por el mundo: «Su belleza parecía alcanzar los límites de lo posible, delante de tanta belleza la de las flores, la de los astros no eran sino un pálido remedo, una sombra sin forma, un esbozo grosero. Su presencia exhalaba un perfume tan embriagador, tal suavidad desprendía toda su persona, el acento de su voz y de sus palabras tenía tanto encanto que nadie en este mundo pudiera darnos una idea precisa de lo que Ella es. »