Une Minute avec Marie
Faire connaître et aimer Marie
Jesús quiso que después de su regreso al Padre, los apóstoles pudieran gozar de la asistencia y de la educación maternal. Aunque ya habían sido instruidos por el Espíritu, ellos tenían todavía que aprender de quien había dado al mundo el Sol de justicia y hecho surgir de su seno inmaculado, como de un prado virginal, la fuente de toda Sabiduría. En su admirable bondad, la Providencia quiso que la Iglesia primigenia, que no veía más a Dios presente en nuestra carne, pudiese ver a su madre y ser reconfortada por su mirada adorable.