En 778, Carlomagno, cansado por la resistencia del Señor Mirat en la ciudadela de Mirambel (actual Lourdes) se disponía à renunciar y a suspender el asedio cuando Turpin, obispo de Puy-en-Velay, su compañero, obtuvo la autorización de hablar con el asediado. Le propone a Mirat rendirse, no ante el soberano, sino ante la Reina de los cielos. La proposición le agradó a Mirat quien depositó sus armas a los pies de la Virgen negra de Puy y luego se hizo bautizar. El día de su bautismo, Mirat tomó el nombre de Lorus que, transmitió à la ciudad, más tarde Lourdes. 1000 años antes de Bernadette, la Virgen tomaba posesión del lugar donde se aparecería más tarde.