Más que todas las otras criaturas reunidas (III)

Roguemos a la Santa Madre de todos los miembros de Cristo, a cuyo Corazón inmaculado le hemos consagrado todos los hombres, quien ahora en el cielo resplandece en la gloria de su cuerpo y alma y reina con su hijo, que multiplique sus instancias ante El, abundantes gracias fluyan sin interrupción sobre los miembros del Cuerpo místico, su protección eficaz cubra a la Iglesia hoy como ayer y obtenga de Dios para la comunidad humana universal, tiempos más serenos.