Abogada de los pobres!, cumple con nosotros tu misión de tutora hasta el día señalado por el Padre (Gal 4,2)». De esas alabanzas o loores -laudas trovadorescas- han sido conservadas dos de profundo contenido
de Betania, los amigos de Jesús, tuvieron que huir de Palestina por mar y se refugiaron en la costa gala, en Provenza (Francia), probablemente al menos una década después de la pasión y resurrección de Jesús